A los que recuerdan el colegio con una sonrisa, a los que dicen “¡Madre mía!” cuando se sorprenden, a los que llevan en la cartera el calendario de la Virgen de la Milagrosa, a los que les importa que sus hijos se eduquen en valores, a los que a la palabra “sor” le dan un significado especial, a los que se preocupan de los demás, a los que siguen montando el Belén con figuritas y río incluido, a los que se emocionan siguiendo una procesión, a los que se despiden diciendo “hasta mañana si Dios quiere”, a los que saben perdonar, a los que se santiguan antes de comer, a los que se levantan cada día con esperanza, a los que nunca se sienten solos, porque Jesús va con ellos, a los que confían en Él… a todos, ¡feliz Día Mundial de la Educación Católica!
Graciela G. Oyarzabal
Departamento de Comunicación