Distintas instancias de la administración autonómica madrileña defienden la pervivencia del cheque escolar en FP de Grado Superior con el argumento de la mayor eficiencia en el uso de los fondos públicos. Según esta teoría, el cheque asegura un gasto fijo por alumno, con independencia del número de alumnos que asisten al aula, que es la verdadera unidad de coste. Si hay 15 alumnos en el aula, el gasto por alumno es mucho mayor que si esa misma aula albergase 25 o 30 alumnos. Claro está, la unidad de coste es el aula y no el puesto escolar.
Sin embargo, el argumento de la eficiencia del gasto por alumno debiera suponer el examen a fondo de la dotación económica a los centros estatales. Al fin y al cabo, suponen en este momento el 72% de la red de centros con enseñanzas de Grado Superior, y se gasta por el puesto escolar de dichos centros el doble de lo que se gastaba por puesto escolar de los antiguos centros privados concertados de Grado Superior, que suponían en el curso 12/13, el 17% de la oferta. El resto, el 11%, eran centros privados sin concierto. Resulta paradójico que exista un interés por la eficiencia de los recursos públicos, pero sólo nos acordemos de la eficiencia para el 17% de la oferta, cuando precisamente ésta era más eficiente que la red estatal.
En apoyo de lo anterior, se puede tomar como referencia los datos del último curso escolar que hubo conciertos en grado superior, el curso 12/13. Pues bien, en el Informe 2014 sobre el Sistema educativo de la CAM elaborado por el Consejo Escolar referido a aquel curso escolar, los datos son muy concluyentes. El gasto por alumno de FP en centro público alcanzó los 7.011,58€. En cambio el gasto por alumno de FP en centro concertado se quedó en 3.597,93€. Estos cálculos han considerado las partidas que componen el módulo de conciertos para establecer, respecto de las partidas equivalentes, el gasto por alumno imputable al puesto escolar en los centros públicos, y dejando al margen los gastos que pueden ser comunes para ambas redes (servicios centrales, inspección, etc.)
Lo más significativo, no obstante, es que por el discurso de la eficiencia económica alguno se ha dejado los principios por el camino. Baste recordar que durante la comparecencia del Secretario General de Escuelas Católicas, Jose María Alvira, en la subcomisión del Senado para el Pacto Escolar, la responsable del Partido Popular, Sandra Moneo, afirmó que “la libertad necesita financiación para que toda la sociedad esté en igualdad para ejercerla”. Efectivamente, el cheque escolar no favorece la igualdad para ejercer la libertad, salvo la de unos pocos. Y la eficiencia tampoco se justifica cuando el gasto por alumno en el centro público es el doble que en el concertado, siendo los centros públicos el 72% de la red de FP, y el 82% de la oferta de FP sostenida con fondos públicos. ¿Eficiencia?. La eficiencia empieza en la propia casa.
José A. Poveda González
Secretario Regional de ECM