Escuelas Católicas de Madrid

“Creo que hay que tener constancia, respeto y seriedad por lo que haces” Javier Esteban. ECM por dentro; conociendo a las personas

“Creo que hay que tener constancia, respeto y seriedad por lo que haces” Javier Esteban. ECM por dentro; conociendo a las personas

Cuando uno llega a una entidad o empresa como usuario o cliente se encuentra a unos trabajadores cuyas vidas pueden ser o no interesantes, pero las cuales desconoce. Por esa razón y porque el departamento de Deporte Escolar y Valores de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) es cercano y desea acompañar, conociendo y abriéndose, a todos los participantes de los Juegos Deportivos continuamos con esta serie de entrevistas personales que nos acercarán a las personas y no a los trabajadores que gestionan dicho evento.

No se puede hablar del Departamento de Deporte Escolar y Valores de ECM sin hablar de Javier Esteban, igual que no se puede hablar del director sin su Departamento. Esteban es el piloto de esta gran nave que cada año crece y crece dando cabida a todos los colegios que deciden confiar en la institución para fomentar el deporte como herramienta educativa. Los Juegos Deportivos de ECM se han convertido en un clásico de la Comunidad de Madrid con una línea claramente ascendente en lo que a número de participantes se refiere. Todo esto ha sido posible gracias al incansable trabajo de muchas personas y, en especial, a la labor de Esteban al que hoy conoceremos en profundidad.

P. Javier, hace más de 20 años que llegaste ECM ¿cómo conoció el deporte escolar promovido por nuestra institución?

R. Yo he estado vinculado al deporte siempre, como jugador de fútbol con Calasancio y como cronometrador y árbitro de futsal. De hecho, mi primer partido como árbitro fue en el colegio Agustiniano, lo recuerdo perfectamente, un alevín entre dos coles nuestros, el local y Santa María del Pilar, año 87 y por el que me pagaron 1.175 pesetas (7 euros más o menos para los más jóvenes, risas).

Esa competición estaba organizada por CECE, pero en 1989 es Educación y Gestión de Madrid (EYGM) la que toma el relevo por desistimiento de la anterior y por responsabilidad para con los centros católicos. Los principios debieron de ser duros y en 2003 quisieron dar un salto de calidad en el área arbitral, ya que, a diferencia de CECE, los árbitros eran propios, no federados, y eso demandaba captación, formación inicial, seguimiento, gestión económica, etc.

Yo por aquel entonces, después de haber pasado por todas las categorías del futsal español, me encontraba en primera división y esa experiencia es la que valoraron desde EYGM para ponerme al frente del área arbitral, pasando al curso siguiente a dirigir el departamento, pero no por ello me considero piloto ni director como decías en la presentación, creo que soy un compañero al que le ha tocado coordinar este pequeño gran grupo, profesional y humanamente hablando.

El carné de árbitro del año 87 con el que debutó en el colegio Agustiniano de Madrid

P. Todos los coordinadores deportivos, directores o administradores conocen los Juegos Deportivos de ECM y a Javier Esteban, pero pocos saben realmente cómo funciona el Departamento. ¿En qué consiste su trabajo diario?

R. Uff, qué gran pregunta. Seguro que Eduardo, nuestra última incorporación, que hasta hace unas semanas era coordinador de un centro la contestaría mejor, pues cuando ha descubierto lo que movemos entre cuatro personas creo que se ha sorprendido. Sería imposible de resumir, pero, grosso modo, podríamos hablar de cuatro áreas importantes: publicaciones para redes sociales y para medios afines externos (ABC) y propios (blog Dia@día, revista ECM, etc.), dentro de comunicación; captación, formación, designación, seguimiento, atención telefónica y online, pago, facilitación de equipación, todo ello en el área arbitral; altas de colegios y equipos en sistema informático, atención telefónica, elaboración de sistemas de competición, configuración de calendarios, redacción de comités de disciplina, en el área de competición; y representación institucional, modificación de normativas, contratación, intendencia y elaboración de presupuestos, entre otros, en el apartado de gestión y coordinación.

El mundo organizativo es así de injusto, solo muestra la punta del iceberg, pero este es muy ancho y profundo. Me encantaría que un programa como “Mi cámara y yo” de Telemadrid pudiera mostrar lo que es nuestra rutina semanal.

P. Una faceta muy importante y que no todo el mundo conoce es su labor como árbitro de primera división de fútbol sala en los años de mayor auge de este deporte, ¿por qué te hiciste árbitro?

R. Me hice árbitro por referencia. Mi padre lo fue de fútbol y de futsal. Yo iba con él a los partidos y eso ayuda mucho, porque aprendes a coger lo bueno y a desdeñar lo malo para que a ti luego no te pase factura en tu vida deportiva, evitas así el aprendizaje autónomo en formato prueba/error.

Yo creo que mi padre tenía unas cualidades excelentes y su compañero más afín también, pero además de cualidades, creo que hay que tener constancia, respeto y seriedad por lo que haces, y eso creo que fue lo que a mí me llevó a primera y al hijo de ese señor al que me refiero también, que no es otro que Mejía Dávila, por todos conocido.

En la temporada 90-91 Esteban fue el mejor árbitro de la primera regional madrileña

P. Has compartido cancha con los mejores jugadores de la historia de este deporte ¿puedes contar alguna anécdota de aquellos años?

R. Recuerdo un día que iba en mi Peugeot 206 a pitar a Inter Movistar a Alcalá de Henares y por la carretera de Barcelona se me puso a la par un gran todoterreno de una reputada marca y empezó a pitarme. Yo no sé si fue porque estaba en las inmediaciones de la cancha y pensé que alguien pudiera haberme reconocido como árbitro o por la diferencia de envergadura de los vehículos, que ni miré al otro coche, solo cuando ya me adelantó. Al llegar al calentamiento se me acerca uno de los mejores jugadores y personas que he conocido en este mundo del futsal, Luis Amado, y me dijo, pero que antipático eres que te iba pitando y ni me has saludado.

También recuerdo otra de coches. Estaba pitando en Martorell un partidazo contra El Pozo Murcia y eché a Leandro, portero local, por un codazo a Paulo Roberto en la cara. Cuando me cambié de banda los aficionados locales me empezaron a decir, conozco tu coche, es un FIAT Bravo matrícula tal y tal de Madrid. ¡Correcto! Así que me constó una barbaridad mantener la cabeza fría el resto del partido, porque era cierta la descripción y teníamos que volvernos a casa esa misma noche por carretera. Al final no pasó nada porque el vehículo estaba bien custodiado por parte del delegado local, pero está claro que los árbitros somos humanos.

P. Alejado ya del futsal profesional, todavía sigue pitando algún partido cada temporada en los Juegos de ECM, ¿echa de menos el arbitraje profesional? ¿Práctica algún deporte para mantenerse en forma?

R. Solo acudo a dirigir algún partido si ocurre alguna situación especial, una baja de última hora o una suspensión multitudinaria de partidos en una jornada de lluvia que implica que a la semana siguiente carezcamos de árbitros entre semana. Cuando voy me encanta, pero estoy con la misma tensión que cuando dirigía un partido de primera o más. Las razones son dos, que no me gusta ser juez y parte y que respeto tanto la labor arbitral que no me permitiría mancharla por un descuido, podré hacerlo por un error de apreciación, pero nunca por ir pensando que estoy por encima de tal o cual categoría, pues para un benjamín es tan importante su partido como lo es el suyo para un jugador profesional.

Javier monitorizando a los árbitros noveles desde dentro de la cancha y defendiendo los valores de la competición

P. Hablemos un poco del Departamento y de sus Juegos. Se acaba de cerrar el plazo de inscripción de equipos y la cifra de 855 ha supuesto alcanzar el récord de participación al que se llegó en la temporada 2015/16. ¿Cómo valora este dato?

R. Creo que es un dato positivo, pero que si hubiese estado por debajo de otros cursos no hubiera pasado nada, pues valoro más la calidad del servicio, basada en el acompañamiento y la cercanía, que no una simple cifra que puede variar hacia arriba o hacia abajo influida por aspectos externos.

No obstante, el hecho de que aumente la cifra implica más responsabilidad, porque casi seguro que viene avalado el aumento por la imagen que la competición proyecta entre los que participan y esa es la que no quiero que caiga. Los participantes son nuestros medios de publicidad, no hacemos ninguna campaña publicitaria, solo es el boca-oído el que atrae a los colegios.

P. Otro buen dato ha sido llegar a la cifra de 200 árbitros para la XXXVI edición de los Juegos Deportivos, ¿cómo valora esta cifra? ¿Qué palabras dedicaría a los árbitros veteranos y que consejo daría a los nóveles, teniendo en cuenta su trayectoria, a pocos días de que la competición eche a rodar?

R. A los nuevos les diría que al arbitraje casi nadie llega por vocación plena, pero si empiezas por ganar algo, que es lo normal, y te gusta, se convierte en un gusanillo que te estará rondando cada final de agosto, deseando que empiece la nueva temporada. También les diría que el arbitraje configura la personalidad de la persona, todo lo que aprendes en la cancha, el control de lo que te rodea, tu autocontrol, la capacidad de concentración, la capacidad de reacción, la visión panorámica, la responsabilidad de tener 30 jugadores, 4 delegados y 60 padres observando cada decisión, lo puedes extrapolar a cualquier ámbito de la vida, estudios, trabajo, etc.

A todos, veteranos y noveles, para mí el arbitraje es un estilo de vida. Tanto es así que aun siendo del Atleti discuto muchas veces con los aficionados que me rodean porque son incapaces de observar el juego de una manera objetiva. Me viene a la cabeza una anécdota genial, pitaba al Atlético de Madrid Leganés de futsal en segunda división y no olvido como desde la grada me llamaban merengón por pitar un penalti contra Luis Amado, portero colchonero por aquel entonces, cuando he sido socio del equipo rojiblanco toda mi vida, pero cuando me pongo el “disfraz” de árbitro no hay filiación que valga.

P. Además de su cargo de director en ECM, también juega un importante papel cada temporada como responsable de los juegos EMDE, ¿cómo se presenta la edición del próximo verano? ¿Qué reto se pretende afrontar?

R. El reto es intentar agrupar a los equipos en el menor número de hoteles posibles para fomentar la convivencia entre los alumnos de los distintos colegios, porque son alumnos en proceso de formación, aunque se encuentren en un marco deportivo. Si a eso le sumásemos que el ayuntamiento de Torremolinos, donde se celebrarán, hubiera terminado su segundo pabellón para esa fecha, creo que tendríamos EMDE torremolinense para rato.

P. Después de tantas temporadas dentro de los Juegos Deportivos de ECM tendrá muchas anécdotas que contar, ¿cuál ha sido su mejor experiencia o momento?

R. Me quedo con que estaba viendo un partido de baloncesto y unos padres, no digo de qué cole, no paraban de meterse con la árbitro. Me acerqué y les dije que con eso no podían conseguir nada más que dos cosas, que si la colegiada no tenía carácter se equivocase más y que si lo tenía se pusiese más estricta contra su equipo. Les entretuve, la árbitro se dedicó a lo suyo y los jugadores también. Todo fue a mejor en la cancha y, al finalizar, me dijeron que si tomaba algo con ellos y uno hasta me prometió que cuando su hijo dejase de jugar en nuestra liga se metería a árbitro. Y así fue. Ahora es uno de los más valiosos y en la edición número 32 fue elegido mejor árbitro de la disciplina.

P. Mirando a un futuro cercano, ¿qué aspectos cree que se podrían mejorar dentro del Departamento para continuar con esta línea ascendente?

R. Para mí es mejorable mucho en cuanto a imagen institucional, pues hoy en día eso vende mucho. Por ejemplo, galas de presentación del campeonato o web, pero esto son habas contadas, los patrocinadores hoy en día ayudan con especies y las instituciones autonómicas con nada. Por tanto, no podemos cargar a las espaldas de las familias esos lujos propios de grandes ligas, tenemos también que aterrizar y saber qué es lo importante, y es que los niños se aficionen al deporte y que gracias a él se formen como personas.

Si un día vienen los fondos públicos o privados para ayudar, pues genial, pero mientras tanto sigamos disfrutando de un campeonato escolar muy digno, que por ahora es un referente en nuestra comunidad y por el que ya han apostado casi 20.000 equipos y más de 250.000 familias a lo largo de sus treinta y seis años de historia.

Felipe Marrón
Departamento de Deporte Escolar y Valores de ECM

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