Concluimos el curso escolar. Hoy, la mayor parte del personal de Escuelas Católicas de Madrid (EGAUMA y BEDA se mantienen activos en agosto) nos disponemos a disfrutar de nuestro descanso. Y lo hacemos tras un año que, como no podía ser menos, ha estado lleno de intensidad, complejidad, vitalidad…
Un curso que, como siempre, debemos analizar dentro de nuestras fronteras, dentro de casa... Pero también fuera de ella, en ese entorno cambiante y complicado que rodea nuestra actividad educativa. Dos ámbitos claramente interdependientes, pero diferenciados entre sí: el del acompañamiento a titulares y centros mediante servicios diversos; y el de la representación de aquellos ante las Administraciones, agentes sociales, medios de comunicación...
Dentro del primero, de ese "caminar juntos", el 2016-17 ha traído crecimiento en cantidad y en calidad. Cantidad de los centros que participan en los programas ya clásicos, como son ARTES e INNOVACIÓN 43.19, además de BEDA, por supuesto. Y calidad por las nuevas líneas de trabajo que fortalecen la investigación, experimentación, la creación de redes y la evaluación. Sin duda, las iniciativas de conocimiento a través de visitas pedagógicas a centros o entornos innovadores se sitúan en este marco de mejora. Y ello sin olvidar esas "piezas separadas" tan importantes para redondear esos programas, como son la gestión de evaluación externa de Cambridge o la selección, acogida y formación de estudiantes-auxiliares de conversación, entre otros.
En definitiva, consolidación y crecimiento a la vez, que se traducen en presencia en el día a día de los centros, ya sea desde el asesoramiento jurídico, la gestión laboral (EGAUMA), la gestión y formación del profesorado, los servicios empresariales, la bolsa de empleo con sus entrevistas a candidatos, o la comunicación a través de web, redes, blog y la revista con su nuevo formato.
¿Y por ahí fuera?... Pues lo dicho: entornos complicados que obligan a desarrollar la representación e interlocución con la máxima tensión y atención, y a sabiendas de que la realidad de nuestra escuela, por desgracia, sigue siendo motivo de absurda controversia política, sobre todo en otras regiones y territorios distintos a nuestra Comunidad. Un 2016-17 que ha sido testigo de una intensificación y, finalmente, de un principio de resolución de un viejo conflicto: el de los conciertos de FP de Grado Superior. Doce meses que han presenciado los debates y diálogos sobre el pretendido Acuerdo de Mejora de la Educación de Madrid, o el borrador de reglamento autonómico de conciertos, dos proyectos de indudable trascendencia política y que permanecen en estado incierto en estos días de conclusión de actividad. Un curso en el que ECM ha tenido que batirse en una complicada negociación sobre las instrucciones de actividades complementarias y extraescolares. Unos días en los que también pusimos atención a una nueva legislación, la denominada LGTB, que podía entrar en colisión con ciertas visiones antropológicas de nuestras escuelas. Un tiempo durante el cual discutimos acerca de la norma reguladora de la renovación de conciertos. Y todo ello, sin olvidar el día a día que trae también consigo nuestra presencia activa en el Consejo Escolar de Madrid, en la CEIM, en Madrid Foro Empresarial...
Acompañamiento. Quizá sea esa la palabra con la que nos gustaría que se definiera el día a día, incluso la razón de ser de Escuelas Católicas de Madrid. Lo explicaba muy bien nuestro Presidente, el Hno. David Rasero, cuando en su saludo a la Asamblea General de nuestra organización, dijo: "...Porque como siempre hemos oído desde esta institución, y como siempre hemos dicho desde ella, "SE ES DE FERE, NO SE ESTÁ EN FERE"... "SE ES DE ESCUELAS CATÓLICAS, NO SE ESTÁ EN ESCUELAS CATÓLICAS... no sois clientes de nuestra institución; ni siquiera somos afiliados a la misma... sino que integramos, formamos parte de esta "casa común", de este "lugar de encuentro", de esa "referencia compartida" que es nuestra querida ECM... Porque es mucho lo que compartimos en ella y con ella, y porque en definitiva, nos sentimos fundadores y participes de una idea, de un sueño de nuestros antecesores. Unos antecesores que, en tiempos difíciles y convulsos, allá por los finales de la década de los años 20 del pasado siglo, y previendo todo lo que estaba por caer, decidieron ponerse de acuerdo y construir una casa común. De aquellos denodados esfuerzos nace la FAE, en el año 1929, entidad de la que somos sucesores...".
¡Pues eso! Que en este a punto de concluir 2016-17 solo hemos pretendido caminar junto a ti desde esta tu casa, nuestra casa común, en la que no estás, sino que eres... eres parte de ella. Esperamos haberlo conseguido. Gracias por dejarnos intentarlo. ¡Feliz descanso!
Emilio Díaz
Responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de ECM