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Conversaciones sobre "el más allá": 3 La vida, después...

Conversaciones sobre "el más allá": 3 La vida, después...

1. - Steph: Hemos hablado de la Esperanza, esa actitud o perspectiva desde la que los creyentes pensamos y vivimos el futuro: que la vida no acaba con la muerte y que esperamos el encuentro con Dios que da sentido y lleva la vida terrena a su plenitud… Recordamos que el término de la historia será la manifestación de Cristo y consistirá en llevar estos cielos y tierra, este mundo, a su plenitud (la parusía); y que esa nueva creación implicará una nueva humanidad (la resurrección de los muertos)…Hoy quiero preguntarte cómo dice la fe que será la vida de esa “nueva humanidad” en los “cielos y tierra nuevos”, sobre la vida eterna.

- J. Antonio: a) Vida eterna o cielo es la plenitud de la vida, la realización humana absoluta, la vida sin límites ni fin. El Nuevo Testamento nos dice que Reino de Dios, paraíso o vida eterna no es otra cosa que “ser con Cristo” en la forma de existencia definitiva. Ese cristocentrismo, ser con Cristo, define la vida eterna.

b) Por eso la reflexión de la Iglesia deja claros los rasgos más significativos de esa vida eterna: Se habla de la salvación como vida eterna, visión de Dios y ser en Cristo, divinización del ser humano. Y del carácter social y mundano de esa situación... El Concilio Vaticano II recalcó el carácter cristológico y el carácter social de la vida eterna.

c) El ser humano se define por su relación con Dios, relación con los demás y relación con el mundo. Estas tres relaciones llegarán a su plenitud en la vida eterna… El sueño de la fraternidad universal será posible por la comunión (todos estamos unidos) en el ser de Dios (esto se relaciona con la llamada “comunión de los santos”). Los cristianos debemos ser signos de esa fraternidad de después, esperándola y poniéndola en práctica ahora para hacer así creíble el Evangelio… Por otro lado podemos entender la relación con el mundo en la vida eterna comparándolo con la creación estética: la actividad (relación con el mundo) en la vida eterna estará libre de indigencias, utilitarismo, materialismo, activismo o productivismo; funcionará desde la pura creatividad.



d) Algunos dicen que la vida eterna es una ilusión, la proyección de un deseo. Esto responde a una visión del mundo cerrada a posibilidades y procesos (visión inmanentista y “atea”)… El cristiano tiene una visión abierta donde cabe lo nuevo y en la que el presente es génesis del futuro. Y esto porque cree en Dios que comunica su ser y amor e interviene en la historia. Ya estamos salvados, pero no del todo; “ya, pero todavía no”. Estamos en un proceso que empezó y acabará con la realización de todo al manifestarse Jesucristo…

e) Y ¿hay una muerte eterna o INFIERNO, como hay vida eterna? Cómo entender el infierno… Primero: Dios quiere la salvación de todos. La historia tiene un fin, la salvación. El triunfo de Cristo y los suyos es certeza absoluta. La condenación es sólo posibilidad, como consecuencia de la libertad humana. Segundo: hay que evitar dos extremos. Pensar que “muerte eterna” es una verdad del mismo tipo que “vida eterna”; y pensar en una salvación sin excepciones, eliminando toda posibilidad de condenación. Tercero: El Evangelio no habla de la muerte eterna; es anuncio de salvación; ni de esa doble vía. Pero es posible que la persona niegue la comunión con Dios y camine al fracaso absoluto. (El fuego, etc. son sólo símbolos para hablar de ello). El infierno no es creación de Dios, ni castigo divino, sino el fruto de una vida que no acoge la oferta de salvación de Dios. Es creación del hombre, la existencia sin Dios, la absoluta frustración humana.

f) Y cómo entender el PURGATORIO. ¿Es necesaria y posible una maduración después de la muerte?.
La Biblia sólo dice que: “la visión de Dios requiere una pureza absoluta”; y que “la responsabilidad humana es básica para la justificación”. Esto implicaría que si uno muere sin la madurez espiritual necesaria, requiera un suplemento de purificación… La Teología habla de que el purgatorio ha comenzado ya en esta vida terrena como proceso de crecimiento purificador. No es un lugar, sino una situación de purificación. Y el Vaticano II sólo habla de la Iglesia que se purifica. Purgatorio sería una dimensión del juicio. Una especie de camino o proceso de maduración que da acceso a la vida.

2. - Steph: Entonces, qué es la MUERTE. Qué sentido tiene la vida y la historia ante el mal y la muerte.

- J. Antonio: a) La muerte es el final inevitable hacia el que caminamos. La vida discurre con la muerte como horizonte. La muerte es símbolo de la finitud o limitación humana. No está en nuestras manos evitar la muerte y esta afecta a todo el ser de la persona. Se sufre o de forma impotente (pasivamente) o como una tarea de la vida (de forma activa)… Por otro lado el ser humano tiende a superarla; “quiere seguir viviendo”, tiene anhelo de inmortalidad…; y hay siempre un intento de esconderla, silenciarla, ignorarla…

b) Preguntarse por la muerte es preguntarse por el sentido de la vida; por el significado de la historia; por los imperativos éticos de justicia, libertad y dignidad; por la dialéctica presente-futuro. Es preguntarse si tiene sentido la esperanza;… y en definitiva, si la persona tiene valor absoluto… Todos los filósofos de peso han afirmado que el núcleo del ser humano prevalece sobre la nada.

c) ¿Y qué decimos los cristianos? Que la muerte no es el final ni tiene la última palabra; que adquiere sentido nuevo con la muerte y resurrección de Jesús; que morimos para resucitar; o mejor que es el final de esta condición itinerante y el comienzo de la situación definitiva, es un paso. Porque el Dios cristiano es un Dios de vivos… El cristiano afronta la muerte y la asume libremente como acontecimiento que puede vivirse con Cristo muerto y resucitado y con su actitud. El cristiano no se prepara para una buena muerte, aprende a vivir bien en cada momento; ve desde Cristo con esperanza su muerte y la de los demás; y la muerte de las culturas, ideas y de la creación. Porque Cristo ha vencido a la muerte. “La muerte es el lugar del verdadero nacimiento del ser humano; toque final de humanización y fin plenificante de la vida”, decía Boff.

d) Y es que la muerte de Jesús tiene un valor redentor/solidario. Jesús vivió su muerte en actitud de obediencia, fidelidad total al Padre; y de amor y perdón a los hombres. Su muerte ha sido muerte de reconciliación y amor que conduce a la resurrección y la vida; manifestación suprema del amor y reconciliación entre Dios y los hombres. Ha sido muerte fecunda, fuente de vida para los que creen en Él y para toda la humanidad.

e) ¿Cómo debemos entender el sentido de la vida y la historia ante el mal y la muerte?
La vida humana encuentra sentido en Jesús y desde Jesús, muerto y resucitado; desde la fe en el Dios de la resurrección, los discípulos volvieron a encontrar sentido y significado a la vida y futuro. En Cristo resucitado aparece Dios como Padre fiel a sus promesas de salvar al hombre por encima de la muerte: Dios es vencedor de la muerte… Dios no quiere la muerte, sino la vida de los seres humanos y no permitirá que una vida vivida en el amor termine en el fracaso de la muerte. Dios no está de acuerdo con la existencia tal como la vivimos; desde la resurrección el mal no tiene la última palabra. La historia humana tiene una meta; la resurrección revela su sentido último. La humanidad no camina hacia el fracaso. Al final todo acabará bien porque desemboca en Dios-amor sin límites y futuro del ser humano.

José Antonio Zazo
Profesor de Filosofía y Teología

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