Escuelas Católicas de Madrid

Un año más, el flamenco, vuelve a saber a curry…

Un año más, el flamenco, vuelve a saber a curry…

En medio de una enfermedad por el inglés, la innovación y la tecnología, todavía queda gente que, al menos, pone de moda palabras referidas a “igualdad, tolerancia, respeto, integración…” y quizás, aunque menos mal que ponen esas palabras, venda, venda para los gobernantes y otros tantos, para ganar puntos, para subir peldaños y para quedar bien, pero no tanto es decirlas y venderlas, como hacerlas y sentirlas. Hay una gran diferencia entre decir que todos somos distintos pero iguales, a sentirlo de verdad y a vivirlo día a día. El Colegio Dulce Nombre es un centro vicenciano por excelencia, donde el Carisma Vicenciano enraizado en San Vicente y Santa Luisa se vive a golpe de latido cada día.

Enlazando con ésta idea, hemos tenido muy presente el “saber más para servir mejor” de las Hijas de la Caridad y con nuestro lema por bandera “todos distintos pero iguales” hemos hecho de la Fiesta de Fin de curso toda una declaración de intenciones. El pasado día 22 de Junio, religiosas, personal docente y no docente, familias, alumnos y amigos, clausuramos juntos un año dedicado a enredarnos por la justicia, como decía nuestro lema vicenciano.

¿Cómo mostrar que somos distintos pero iguales? Haciendo lo que mejor sabemos hacer, luchar por hacer felices a nuestros alumnos y sacar lo mejor de cada uno de ellos. Una tarde dedicada a ellos, a las familias y al arte.

En un ambiente enraizado en la interculturalidad, con decoración, programación y actividades para ello, el grupo de danza puso el toque artístico de la tarde con pequeñas piezas como “El lerele”, “Caminito de Madrid” o “Francisco Alegre”. El colorido de los trajes deslumbraba en todas las sonrisas y ojos brillantes de todos los allí presentes. Acompañando al arte que desborda el grupo de danza, el coro del Dulce Nombre, en su segundo año de fundación, presentó, cantó e interpretó todos los besos que quieren darnos cuando las palabras sobran. Con la canción “Un beso redondo” y pintando un mar de bandas azules en el centro del patio, arrancaron uno de los mayores aplausos de la tarde, música en directo, sin micrófonos y con solo una guitarra y 25 preciosas voces, realmente emotivo.

Después de un pequeño espectáculo de magia con mucho arte, todo el colegio se unió para alcanzar un fin común, ser iguales siendo diferentes. El patio se convirtió en un precioso arco iris de colores donde todos los alumnos, por grupos, y los niños de 1º de Ed. Infantil, de la mano de los niños de 6º de Primaria, iban de lado a lado buscando pruebas que superar para alcanzar un fin común, terminar todos juntos su cartilla de participación. Todos ellos eran necesarios en cada prueba, imprescindibles y únicos. La tarde siguió con pequeños momentos que complementaban la gran fiesta de la interculturalidad. Las familias se volcaron en cada momento, los profesores entregaron el alma y los niños… ¡Qué os voy a decir de ellos! Son lo más preciado, el valor de la Educación, el fin de todo, ellos.

Humildemente, desde el lado del micrófono donde solo tenía ojos para todos ellos, para los padres, para las familias, para los niños, para los profesores, para las hermanas, para los amigos del Dulce Nombre… solo podía ver caras de felicidad. No sé explicar el sentimiento tan bonito de mirar al patio y ver CULTURA con mayúsculas. Ver países, ver continentes, ver razas, ver colores, ver caras, muchas caras mirando, sonriendo, buscando, queriendo… Y tras una madre que, en medio de una entrevista momentánea, comentaba su alegría por estar presente allí y la locura que teníamos algunos, solo pude decirla con un abrazo, que sus hijos, los niños, nuestros alumnos, se merecen todo, y que para entenderles y hacerles felices, hay que tener un poco de locura y un poco de cordura, con la combinación perfecta para que sus hijos, día a día, vengan con la sonrisa y la felicidad con la que entran por la puerta del Dulce Nombre de Jesús.

Creo que la diversidad debe ser un eje de cambio y de futuro. Un día, yendo por la calle a una excursión, el profesor de otro centro comentaba “¡Mira, parecen el anuncio de Benetton!”. Pues querido señor, querida sociedad, queridos todos, si intentar abrir los ojos al resto ante una realidad patente a nuestro alrededor es parecernos al anuncio de Benetton, ¡Benditos sean los comerciales de Benetton!

Estamos muy contentos de educar en ARTE, educar en CULTURA, educar en RESPETO y educar en INTEGRACIÓN e IGUALDAD. Nos sentimos uno, porque todos somos distintos pero en el fondo, somos iguales. Y sí, un año más, el flamenco, vuelve a saber a curry… ¡GRACIAS!

Noelia Rodríguez
Colegio Dulce Nombre de Jesús

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