Sí, precisamente ahora, cuando los humanos estamos enredados, prisioneros en el individualismo de nuestras cosas; inquietos e incapaces de resolver los problemas creados. Cuando caminamos perdidos por los desiertos del orgullo; y deicidas, fratricidas y ecologicidas vivimos con inconsciencia sin rumbo. Y cuando la pérdida de los auténticos motores imposibilita detener la caída libre y recuperarnos levantando vuelos… Ahora precisamente y no implica novedad, aparece “Dios” (siempre atento) o “la Naturaleza” (dirán otros) para abrir soluciones ofreciendo otras puertas y nuevos horizontes: el inesperado regalo, “especie de coronavirus”. Es verdad que aún cabe la duda de si la inteligencia disponible permitirá aprovecharlo, o lo hará como siempre en parte. ¡Incluso esto sería suficiente!
Mar
23
Dic
19
Dos cafés muy calientes y alboroto en el bar; también sirven un “derby”. Al otro lado del ventanal, gris implacable y frío, simplemente otoño…