No dentro de mucho, Colón será una plaza y Ortega y Gasset, una calle, nada más, y quizá algún curioso busque estos nombres en su móvil para volverlos a olvidar, porque ¿para qué queremos la memoria? Tampoco importará mucho ni saber, ni pensar, mientras hayamos conseguido acabar con ´e´ todas las palabras, juzgar ante un tribunal los impulsos de un gallo malo (parecía de lo más normal, pero esos son los peores), y, por supuesto, socio-eco-femi-afectivo-transvivir colgados de una rama.