Hoy nos hacemos eco del precioso poema de Eulalia Álvarez. Un poema que nos ha entregado como un “S.O.S.” por un motivo claro: “Quiero manifestar que me sumo a la demanda social de poder elegir con la Libertad la Educación de mis hijos. Como docente quiero mostrar mi apoyo a la Educación CONCERTADA, a los Centros de EDUCACIÓN ESPECIAL, así como a Fundaciones, Asociaciones, Federaciones... y aplaudir la esencial e imprescindible labor que realizan. Alcemos la voz para impedir que supriman estos últimos en nuestro país como parece posible”. Gracias Eulalia; alcemos la voz de todos los que tenemos el derecho a demandar una educación, más plural, más igual y más libre.
Que en Escuelas Católicas de Madrid defendemos, como valor constitucional supremo y como derecho fundamental de cualquier padre o madre, la libertad de enseñanza y de elección de modelo y centro educativo, no es noticia. Posiblemente la defensa del derecho de elección de las familias nos constituye como centros y comunidades educativas.
En el debate abierto sobre el posible cierre de los centros de Educación Especial subyace el abierto cuestionamiento de la capacidad de los padres para decidir sobre la atención educativa de sus hijos.
¿A quién se le ha ocurrido la idea de eliminar los centros de Educación Especial? ¿Quién, sabiendo que el 83% de los alumnos con discapacidad intelectual está integrado en centros ordinarios, ha decidido decidir sobre la decisión (sirva de incisión la redundancia) de los padres de ese 17% de alumnos escolarizados en centros especiales con el argumento de “hay que integrar”? Y donde dije "digo", digo "demagogia"; perdón quería decir "desconocimiento…" ¡ah no! que se llama “ahora que vamos despacio…”.