Algo muy importante que hemos aprendido en estos años en Escuelas Católicas de Madrid ha sido la capacidad que los profesores tenemos de aprender unos de otros. Nada nos tendría que extrañar este aprendizaje, porque está en la base de muchas de las innovaciones educativas que se están implantando en los centros que pertenecen al Programa Innovación 43,19.
La potencia de este aprendizaje nos hace preguntarnos cuándo aprendemos.
Aprendemos cuando “vemos” cómo se hacen las cosas; y utilizamos el verbo ver más allá del sentido literal… Ver es comprender qué ha sucedido en un colegio, en una clase, para que una determinada metodología o dinámica escolar haya cambiado su forma de educar. Por eso ponemos en valor la expresión coloquial: ¡cuéntame cómo lo haces!
Aprendemos cuando la experiencia que nos narran es cercana, cuando está en nuestro terreno, cuando empezamos a imaginarnos haciéndolo. A todos nos ha sucedido que, en la exposición de una buena práctica de otro colegio, hemos pensado o verbalizado: si estos compañeros han sido capaces de hacerlo, ¿por qué no lo voy a ser yo?, ¿por qué no vamos a serlo nosotros?
Aprendemos cuando nos hablan en nuestro lenguaje, y no me refiero al idioma sino a la jerga. Los profesores, aunque nos cueste reconocerlo, tenemos nuestra propia jerga, más o menos culta, más o menos precisa, pero que nos identifica. Los “gurús” de la educación también tienen la suya, y la valoramos, pero a veces no coincide con la del profesor que está todo el día y todos los días en el aula.
Aprendemos cuando nos emocionamos, cuando los sentimientos se alinean con la razón y mutuamente se retroalimentan, cuando nos autodescubrimos diciéndonos: mañana me llevo esta idea al cole porque seguro que va a funcionar. Después de que filósofos y psicólogos se hayan pegado durante años discutiendo qué es más importante si la razón o la emoción, los maestros concluimos que lo importante es que vayan juntas en vez de disociadas.
Aprendemos cuando lo que oímos lo catalogamos como algo valioso; y no solo valioso para quien lo explica, para quien lo ha realizado, sino valioso para cualquier educador que quiera replicarlo en su aula/colegio. El valor de algo no suele ser objetivo, sino que es subjetivo, porque somos los sujetos los que se lo damos; adquiere el valor en cada uno de nosotros.
Aprendemos cuando a una Experiencia Innovadora le ponemos rostro, y empezamos a verla encarnada en las personas, alumnos y compañeros, con las que aprendemos todos los días.
Departamento de Pedagógico, Pastoral y de Innovación
Qué: III Encuentro Acciones Innovadoras 43,19
Quién: Programa INNOVACIÓN 43,19 de Escuelas Católicas de Madrid
Cuándo: 22 y 23 de abril 2016
Dónde: Colegio Santa Francisca J. Cabrini - Madrid
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