La tierra del sol naciente se convirtió hace tiempo en el amanecer que Occidente se sienta a observar, de vez en cuando, con esa distancia que mantiene la chispa de los amores platónicos. Y en plan fetichista, consumimos sushi a domicilio, budas de cerámica de “los chinos”, letras que significan “mamá” (con lo bonito que es “mamá”) tatuadas en la piel y proverbios de todo tipo en Google. Al respecto: “Te fascina de repente, te rindes repentinamente”.