La pandemia nos ha traído mucho dolor, mucho sufrimiento…¡y aún no ha terminado! Pero también nos ha traído muchas oportunidades.
Una vez más, en medio de esta circunstancia, la realidad de los colegios ha demostrado que los profesores somos capaces de aprender de la dura experiencia que estamos viviendo y que, justo por ella, están surgiendo iniciativas que han llegado para quedarse porque son excelentes propuestas educativas.
Una de estas es la que nos mostró el colegio Virgen Milagrosa-FEyE el pasado martes 16 en la visita-virtual que hicimos con profesores de centros vinculados al Programa Innovación 43,19.
Cuando se reanudaron las clases en septiembre de 2020, el colegio Virgen Milagrosa-FEyE se encontró con la circunstancia de que tenía que “romper” los grupos-clase preexistentes, casi todos con 28 alumnos, para hacer grupos de no más de 20 alumnos. Ante esta circunstancia optaron por crear “grupos mixtos” de alumnos de 5º y 6º de Primaria, 3º y 4º, 1º y 2º, 3 y 4 años, y 4 y 5 años.
La organización del profesorado para afrontar el reto de tener en el mismo aula alumnos de dos cursos diferentes no fue fácil; pero, después de estos meses de experiencia, los resultados son extraordinarios:
1.- Ha posibilitado desestructurar el currículo para reorganizar los contenidos de otro modo, con las herramientas de la metodología de los proyectos de comprensión, y recuperando lo que quedó pendiente de hacer de marzo a junio de 2020.
2.- Las metodologías activas que ya funcionaban en el colegio: proyectos de comprensión, aprendizaje cooperativo, rincones en infantil, evaluación con diferentes estrategias, proyecto TIC-TAC-TEP, rutinas y destrezas de pensamiento, estimulación temprana, PBL… no solo se han mantenido, sino que se han potenciado adaptándolas a la nueva situación.
3.- La implicación de las familias ha aumentado porque era necesario que vieran el sentido de la nueva organización de los grupos mixtos, y que la transparencia de lo que se hace y por qué se hace fuera máxima; ahora no pueden entrar en el colegio para participar en el proyecto pedagógico, pero están más informados e implicados que antes, continúan colaborando pero desde fuera, generando materiales y recursos... Los medios digitales colaboran en esa comunicación fluida.
4.- Los alumnos (y los profesores) han descubierto el potencial del aprendizaje entre iguales; sabemos que la forma más eficiente de fijar un aprendizaje es enseñando a los demás (Edgar Dale) y esto lo experimentan los alumnos todos los días cuando se explican conceptos y procedimientos unos a otros, porque todos aprenden de todos.
5.- La autonomía del aprendizaje, cada alumno según su edad, se ha potenciado porque hay diversas actividades que se hacen simultáneamente en el aula.
6.- La resolución de conflictos entre iguales y la convivencia han experimentado un paso adelante y han mejorado de una forma palpable.
7.- Han “aparecido” nuevas aulas en el colegio porque los nuevos grupos han obligado a hacer, de una forma efectiva, que todos los espacios del colegio sean lugares de aprendizaje; han desaparecidos los espacios residuales en el colegio.
La experiencia está siendo tan positiva que en el colegio no hay la menor duda de que el próximo curso se va a mantener y potenciar. Ahora solo falta que la administración educativa sea “sensible” y mantenga a los llamados “profesores covid”; esto es, a los profesores que se han contratado para poder hacer los grupos burbuja de no más de 20 alumnos.
Si la práctica educativa demuestra que la disminución de ratio aumenta el aprendizaje de los alumnos, ¿por qué no hacerlo? Pero eso ya será la historia del curso que viene.
Nacho Peña
Programa “Innovación 43,19” de Escuelas Católicas de Madrid
Departamento Pedagógico-Pastoral y de Innovación