No hace demasiados años, a los alumnos en la clase “de inglés“ nos enseñaban mucha gramática, ortografía, y hasta comprensión lectora, pero éramos incapaces de expresarnos “en inglés”… miedo a hacer el ridículo, vergüenza a no pronunciar correctamente… sea como fuere salíamos de los colegios habiendo cursado como mínimo unos 7 años de inglés, sin que diera los frutos pretendidos.
El sistema de enseñanza de las lenguas extranjeras en España tenía que cambiar, y de ahí que se apostara por los Programas Bilingües y Plurilingües que han supuesto un giro radical en la metodología de enseñanza y han conseguido que los niños y jóvenes de nuestro tiempo hayan cursado la materia de otra forma totalmente distinta.
En todo este proceso tiene especial importancia la figura de los estudiantes-auxiliares de conversación. Son nativos angloparlantes que cursan estudios universitarios cuyas prácticas realizan en centros educativos, promoviendo la conversación en inglés con los alumnos. Pero no sólo eso. Ofrecen ayuda a los profesores en sus clases. Gracias a ellos se añade una nueva dimensión intercultural al centro educativo, pues son embajadores de sus países, de sus costumbres, de sus sistemas educativos. Su intervención en el aula proporciona más dinamismo y amenidad a las clases de conversación.
Estos estudiantes han conseguido transmitir la importancia de expresarse sin vergüenza, de hablar sin reparo, demostrándonos en primera persona que en poco tiempo se puede conseguir “hacerse entender” en otra lengua distinta a la materna. Ahora bien, lo que empezó siendo una experiencia piloto, se ha convertido en una pieza clave en la enseñanza de idiomas, y tal como está quedando demostrado por las distintas pruebas externas, la apuesta funciona por los buenos resultados que lo abalan.
Pero no son “extranjeros sin papeles”, al menos los que forman parte del Programa BEDA. Colaboran en nuestros centros educativos realizando las prácticas de unos estudios universitarios que vienen a cursar a España. Y no salen de su país con el visado de estudios si no presentan las credenciales oportunas de la universidad, un seguro médico, de repatriación y de responsabilidad civil, y el equivalente al certificado de agresiones sexuales. Y no entran en nuestros colegios sin previamente estar dados de alta en Seguridad Social como estudiantes en formación, para lo cual necesitan un número de identidad de extranjero y una tarjeta que lo acredite.
…Que todo ello conlleva burocracia, cierto, que todo ello lleva su tiempo, cierto, pero si ellos están legales en España, todos estamos tranquilos, y a ciencia cierta conseguir que no se sientan mareados haciendo todo el “papeleo” por su cuenta lo agradecen, y mucho. Por lo que nos cuentan, no existen Programas que les lleven tan de la mano como el Programa BEDA. Es trabajo, sí, pero nuestro plan estratégico se llama hacer las cosas bien, para evitar problemas presentes y de futuro. Nos congratula que se conozca el Programa BEDA por su rigor en la legalidad. Las cosas bien hechas, bien hechas están.
Sonia Merino
Asesora Jurídica ECM