Hace un par de semanas comenzó la formación en Ciencias Religiosas que imparte el Instituto San Pío X de la Salle. Un grupo de más de cuarenta profesores de toda España, varios de ellos de centros de Escuelas Católicas de Madrid, se han embarcado en esta travesía formativa que se va a desarrollar hasta junio de 2028, a lo largo de cuatro cursos escolares.
Cualquier formación que se hace implica un esfuerzo importante y genera el compromiso de que ese aprendizaje se visibilice en la acción educativa del docente.
En el caso del curso de Ciencias Religiosas que habilita para obtener la DECA (Declaración Eclesiástica de Competencia Académica) de Secundaria, el esfuerzo es muy grande, porque se extiende a lo largo de 4 cursos escolares y con una gran intensidad, tanto en la asistencia a las clases presenciales, como en el trabajo personal que cada alumno tiene que hacer.
Pero mucho mayor es el compromiso que esta formación acarrea. El objetivo último del curso de Ciencias Religiosas, además de generar aprendizaje en todo el inmenso campo de las Ciencias Religiosas, tiene como finalidad última la consecución del Título de la DECA para impartir la asignatura de Religión Católica en ESO, Bachillerato y Formación Profesional.
Y es justamente en la impartición de la ERE en Secundaria donde radica la mayor carga del compromiso que conlleva esta formación. La impartición de la asignatura de Religión Católica es un distintivo clave de la identidad de los centros de ECM y, a la vez, un reto continuo porque no es una asignatura más; es una oportunidad para afianzar la educación integral de los adolescentes, para proporcionarles elementos que den sentido a su vida y a sus opciones vitales, y para poner de manifiesto el valor de la trascendencia en la vida de todas las personas.
No estamos en tiempos fáciles para conseguir todos estos objetivos con los alumnos de Secundaria, pero sí tenemos el deber ético de poner todos los medios para que la asignatura de Religión Católica sea cuidada al máximo, e impartida por personas que son capaces de hacer este esfuerzo de formación y que tienen claro su compromiso con los valores de una opción cristina de la vida.
Desde Escuelas Católicas de Madrid, queremos dar las gracias a todos los profesores que se han embarcado en esta formación y a sus colegios que les facilitan todos los medios para cursarla.
Nacho Peña
Escuelas Católicas de Madrid