En estos tiempos de posibles cambios en el modelo madrileño de bilingüismo el Programa BEDA defiende abiertamente las líneas de actuación desarrollada hasta el momento. Cualquier proyecto es mejorable, pero consideramos que se ha recorrido adecuadamente el camino y los resultados nos dan la razón. En esta línea se posiciona, Víctor Pavón, profesor del Departamento de Filología Inglesa y Alemana de la Universidad de Córdoba, asesor-Formador de BEDA y director del Posgrado de Experto en Bilingüismo (BEDA-UP Comillas).
En su opinión, publicada en “El Debate” (29-02-2024), se pueden encontrar varios elementos positivos de este modelo. Por ejemplo, la exigencia de que el profesorado mostrara un nivel C1 [y no B2, como se limitan a exigir otras comunidades] de acuerdo con el MCERL (Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas), los incentivos de los que disponía el profesorado, al menos en sus inicios, la preocupación por efectuar evaluaciones de rendimiento lingüístico y también se podría catalogar como una apuesta adecuada que coexistiesen dos formas de aplicación en lo concerniente al número de asignaturas en la enseñanza secundaria.
Y, ¿por qué es peor este cambio? Según Pavón, dejar fuera del modelo la asignatura de Geografía e Historia se trata de un error, puesto que se va a privar al alumnado de un tipo de enseñanza que no solo tiene un efecto beneficioso en el desarrollo de la lengua extranjera (y de la materna, si se hace bien), sino que lleva aparejado un modelo metodológico que contribuye a mejorar sustancialmente el aprendizaje de los contenidos. Esto último es un hecho avalado científicamente que contradice los juicios basados en intuiciones o experiencias personales que, en muchas ocasiones, son también interesadas. Además, con este cambio se echa por tierra el trabajo realizado por muchos centros y su profesorado para sacar adelante un tipo de enseñanza en unas condiciones que en ocasiones no son las ideales, con un alumnado que puede no llegar a poseer el conocimiento básico necesario y que, sin embargo, han logrado resultados óptimos en muchísimos casos.
Víctor Pavón considera que tampoco se han ponderado los documentos adecuados ni se alude, de la misma forma, a los que cimentan la decisión. En primer lugar, este cambio de rumbo debería estar basado en investigaciones con rigor científico y contrastado con las evidencias científicas que sí que avalan este tipo de enseñanza, pero no se identifica a estos estudios que supuestamente denuncian una situación que no es positiva. Por otro lado, para que las conclusiones de los estudios que supuestamente se esgrimen para defender su postura sean representativos de una realidad debe haber más rigor científico, y parece que hay un alto grado de injusticia en la valoración de los resultados que se ha hecho.
Para mejorar los resultados del modelo existente Víctor Pavón sugiere que debería haber una atención al programa más homogénea y global, con más medios y más formación. De forma resumida, lo que hace falta es que se forme al profesorado mejor lingüística y metodológicamente, que se apoye el desarrollo de la lengua extranjera para acceder a los contenidos de mejor manera mediante la colaboración de los especialistas de lengua y de contenido en los centros y que se articulen estrategias para suplementar las posibles deficiencias lingüísticas de algunos de los alumnos con el objeto de no crear grupos favorecidos y desfavorecido.
Por último, concluye afirmando que el modelo de enseñanza bilingüe y de inmersión parcial que tenemos en Europa y en España no es malo ni produce efectos negativos por sí mismo, lo que debe preocuparnos es que se implemente y se desarrolle de forma correcta.
Artículo autorizado por: Víctor Pavón Vázquez
Adolfo Martínez
Director del Programa BEDA de ECM