El coordinador de baloncesto del Trinity College, un recién llegado a los Juegos Deportivos de ECM, nos abre las puertas del centro para dar a conocer su metodología de trabajo, el proyecto deportivo y nos habla de su amplia experiencia en la educación y en el deporte.
En la madrileña localidad de San Sebastián de los Reyes se ubica el colegio Trinity College, uno de los más grandes de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) con más de 1.600 alumnos. Por segundo año consecutivo, sus equipos de baloncesto han sido inscritos en la competición después de participar durante muchos años en los Juegos Municipales. Su coordinador deportivo es Alberto Arroyo, un amante del deporte y de la competición que compagina esta labor con la de profesor de Educación Física desde hace 15 años.
“Llevo la coordinación de baloncesto desde hace ocho años y fue a raíz de la pandemia cuando nos planteamos dar un paso más hacia adelante. Estuvimos evaluando diferentes competiciones y el año pasado decidimos apuntarnos. Este es nuestro segundo año y la verdad es que el producto final de la competición es excelente. En nuestro primer año quedamos tan encantados que hemos decidido repetir esta temporada”, asegura el coordinador debutante.
En cuanto al proyecto deportivo del Trinity, Alberto ha realizado una serie de ajustes a la hora de formar los equipos, pero sigue fiel a su filosofía de formar alumnos que también son jugadores y, después, entrenadores. “El año pasado inscribimos nueve equipos y este año ocho. Esto se debe a que la temporada pasada había equipos que estaban cogidos con pinzas y había jornadas en las que nos costaba conseguir jugadores. Este año me he cubierto en salud y los ocho equipos están completos y estamos funcionando mucho mejor. Con la forma de trabajar de este curso estamos más contentos porque a todos los partidos vamos siempre con un mínimo de diez jugadores y los niños están mucho más contentos”, explica.
Su filosofía con los entrenadores es clara y su objetivo es formar una gran familia: “Todos nuestros entrenadores son antiguos alumnos, excepto uno que compagina nuestro colegio con Carozonistas. La buena presencia, el respeto, la solidaridad y el trabajo bien hecho que demuestran previamente en su etapa como alumnos son aspectos fundamentales que nosotros ahora recompensamos confiando en ellos para trabajar con nuestros equipos. Además, es una manera de motivar a los actuales alumnos de que en el futuro pueden tener trabajo aquí. Nuestra forma de proceder consiste en que el primer año realizan una formación y están presentes en los equipos como segundos entrenadores. Si superan este año, a la temporada siguiente les ofrecemos la posibilidad de llevar un equipo o empezar con los chupetines”, especifica.
Hablando de la competición, Alberto se muestra muy satisfecho de la decisión que tomó como coordinador la pasada temporada. “A nivel personal, me ha sorprendido mucho los valores que transmite la competición, así como todos los colegios o clubes a los que nos hemos enfrentado. Todos los equipos tienen los mismos valores que intento inculcar yo como coordinador de baloncesto a nuestros jugadores y a todos nuestros entrenadores”, comenta.
“A nivel organizativo, destacaría el alto nivel competitivo de los Juegos. No hay una gran diferencia si comparamos con competiciones federadas y, además, el sistema de competición permite que no haya mucha diferencia entre equipos más buenos y otros más flojos o de primer año. Los que no somos tan buenos o nos hemos iniciado tarde en ECM estamos cogiendo el ritmo de competición año a año”, expone.
Una manera de captar jugadores para sus equipos consiste en la organización de ligas internas en los recreos. “Nosotros realizamos una actividad muy peculiar en los recreos. Junto con mi compañero de 5º de primaria organizamos ligas de fútbol y de baloncesto para alumnos de 4º a 6º de primaria. Esta iniciativa surgió hace seis o siete años y la verdad que tanto los alumnos, como las familias están encantados. Es una manera de animar a los chicos a apuntarse a los equipos y hemos notado que ha bajado el nivel de conflictos en los patios. Fomentamos el compañerismo, el esfuerzo, la participación y la superación”, explica.
En cuanto a su experiencia personal, Alberto asegura ser un amante del deporte y de la competición. “Yo desde pequeño he practicado mucho deporte. Con los años me he ido formando y este es mi decimoquinto año como profesor de educación física en el colegio. Ahora valoro más la parte educativa. Mi objetivo es educar a través del deporte”, asevera.
Además de coordinar y entrenar a los equipos de baloncesto, Alberto es profesor del colegio, lo que le permite conocer en profundidad a las familias. “En mi opinión, no es algo fundamental, pero sí creo que es importante porque te permite conocer la idiosincrasia del colegio, cómo son las familias, qué tipo de público tienes… Al final los colegios nos hemos convertido en empresas. Si no conoces las necesidades de tus clientes no puedes adaptarte a ellos y ofrecerles un servicio adecuado. Por este motivo, creo que sí es algo importante. Conozco los nombres de los padres, a los hermanos mayores y pequeños si los tienen, anécdotas familiares y otra serie de datos crean cercanía y son importantes”, señala.
Desde su experiencia, el responsable de la sección de baloncesto del Trinity lanza dos sugerencias a la organización del campeonato. “Desde mi punto de vista, lo que le falta a la competición es establecer categorías en función del nivel de los equipos porque en la primera fase suele estar muy desnivelada con equipos muy fuertes y otros más flojos que prácticamente no ganan ningún partido hasta la segunda fase. Sé que es algo complicado de realizar, pero creo que sería algo que se puede pensar. Otro aspecto que mejoraría es el inicio de la competición que se está llevando a cabo la primera semana de noviembre. En nuestro caso, comenzamos las extraescolares la segunda semana de septiembre y se nos hace muy larga la espera. Se que hay más colegios que se encuentran en esta misma situación y que verían con buenos ojos empezar antes”, propone.
Sin embargo, hay otra serie de factores que considera muy positivos: “Hay varios aspectos de la competición que valoro muy positivamente. La adaptación del calendario de competición al escolar, la facilidad para poner los horarios de los partidos los viernes nada más terminar las clases y tener el resto del fin de semana libre o las facilidades para solucionar cualquier problema con los organizadores de la competición que siempre están disponibles”, concluye.
Eduardo Redondo
Departamento de Deporte Escolar y Valores