Ayer mismo, en su saludo a los titulares y directivos de centros que participaban en la Asamblea de fin de curso de ECM, el Hno. David Rasero, nuestro presidente, nos decía que venían tiempos complicados… ¡Y tanto!
Tiempos convulsos, como hemos dicho más de una vez en estas mismas páginas del "día@día". Tiempos en los que algunos pretenden, con osadía, discutir derechos fundamentales a la ciudadanía, poniendo en solfa su derecho a una escuela concertada que no hace otra cosa que ahorrar fondos públicos; aportar pluralidad educativa; posibilitar la elección equitativa de modelos de enseñanza por quien, de otra forma, no los podría escoger; y propiciar calidad al conjunto de un sistema en el que nadie sobra y todos sumamos.
Por ello, decimos que hacen falta organizaciones fuertes, valientes, independientes política y funcionalmente… Hacen falta instituciones como ECM, capaces de transmitir el pasado 18 de mayo a todos los grupos parlamentarios en la Asamblea de Madrid las propuestas y peticiones de nuestra escuela concertada; y hacen falta instituciones como Escuelas Católicas de la Comunidad Valenciana, que el domingo 22 de mayo coordinó a cerca de 40000 ciudadanos que salieron a la calle en Valencia para exigir de su gobierno autonómico el respeto a sus más legítimos y fundamentales derechos educativos, y que ayer jueves, "abrazó" la sede de la Generalitat con una cadena humana que congregó a miles de personas que, sencillamente, defendían su derecho a poder elegir educación.
Tiempos convulsos, en los que la escuela concertada deberá tender su mano, como lo ha hecho siempre, al resto de fuerzas políticas y agentes educativos… Pero tiempos en los que, esa misma escuela, tendrá que estar atenta para, desde su independencia, reaccionar y salir a la calle si fuera necesario. Tiempos, en definitiva, de manos tendidas; pero de manos firmes y convencidas, de esas que, con su simple exhibición, denotan una musculatura fuerte y generosa.
Emilio Díaz
Responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales